top of page
Foto del escritorFlor Ribecco

Por su propio confort y seguridad, mire a la banda y no la pantalla

Viernes 25 de noviembre en Distrito 7: Joystick reclama su corona en su regreso a Rosario.


Con el verano golpeando la puerta, cerca de las 22 hs el público comenzó a ingresar al recinto. Afuera, jóvenes, adolescentes, adultos y familias completas, se dieron cita desde muy temprano en el laboratorio cultural de la ciudad, portando remeras de la banda y carteles, para presenciar lo que sería el último show del año de Joystick, con motivo de darle cierre al ciclo de “Licores Furiosos” (segundo disco de estudio del quinteto de Chabás).


El tiempo pasa cada vez más rápido, en una era siempre activa, y es difícil recordar que la banda compuesta por Pano Benincasa (voz y guitarra), Augusto Tassello (bateria), Mateo Sinicich (bajo), Emiliano Sampaoli (guitarra) y Lautaro Suarez Apesteguía (teclados) no se presentaba en Rosario desde la fecha en el Centro Cultural Güemes allá por enero del 2021. Pero en aquel entonces el contexto era distinto. Rock con barbijos entre burbujas y pases sanitarios. Hace casi dos años atrás los recitales presenciales eran un eco de lo que alguna vez habían sido. Para fortuna de todos, lejos quedaron los tiempos de protocolos.


León Rios y su guitarra acústica fueron los encargados de abrir la noche. Con un repertorio acústico, personal e íntimo. Para aportarle un poco de mística a la velada, el joven músico rosarino entonó “La mano de Dios” de Rodrigo, calentando la previa de la segunda fecha del Mundial de Qatar, partido Argentina – México, e invocando al espíritu de “El Diego”, entonó “Regó de gloria este suelo” a modo de epifanía.



Abriendo con una intro retumbante con tintes futuristas, seguido de “Desaparece y Aparece”, Joystick despide una etapa para dar comienzo a otra nueva, la banda tiene al bar en la palma de su mano desde el principio. El set continúa a puro rock con “Desconéctame”. “Llévame a un lugar, lejos de este horrible infierno”, canta Pano mientras los fans ven al grupo disfrutar del escenario, apropiándose del espacio.


El set se apoya en gran medida en un recorrido por los himnos de su álbum debut “Mil razones para no dormir” (2017) y su segundo trabajo discográfico “Licores Furiosos” (2019). Fue una exploración intima a los lugares más recónditos de la carrera de la banda con un giro hacia la edad adulta, no es un mundo fácil de navegar, pero lo hacen maravillosamente. Sin embargo, lo más emocionante es que hay un guiño al futuro con dos nuevas canciones: “Amigo de vos” y “Glitch”, que ya se sienten como clásicos. Son diferentes a lo que vino antes, pero no por eso menos poderoso. Una muestra que sugiere que su habilidad para la evolución solo continúa.


“Estoy feliz de volver a tocar en la Rosario”, aseguró la voz de Joystick, Pano Benincasa después de entonar “Lo prendo fuego”, un clásico de la banda. Los jóvenes músicos soñaron con un regreso “maravilloso” a la conexión, la comunidad. Para cuando sonó el ritmo de “Llueve todavía”, ningún público se había movido como este en el Distrito 7, y Pano cobró protagonismo como el director de una orquesta.


Hay algunos momentos más tranquilos en medio del glorioso caos. “Los Tatuajes de tu Mano”, último tema que la banda sacó junto a Tomás Ferrero de Rayos Láser, pone el foco en la voz cautivante de Pano. Una voz impecable que transmite sentimientos sinceros que detienen, al menos por un momento, a la ruidosa audiencia. El público acompañó desde un principio iluminando la escena con las pantallas de los celulares.



Sin embargo, el gran sonido y la euforia regresan durante “Brazos Cruzados”, canción lanzada en la pandemia que se convirtió en un faro de luz para muchos atrapados en su interior. Quizás sea su tema más arcticmonkero hasta la fecha, por lo que creo un gran acierto de la noche la combinación con un cover de “Brianstorm”, himno del cuarteto de Sheffield que sacude los cimientos de la sala dejando sin aliento a todo el lugar. La banda, completamente encendida para entonces, supo aprovechar el hype del Primavera Sound en el cual Arctic Monkeys fue headliner días antes.


Unas cuantas canciones más tarde, Pano en un semi stand-up aprovecha para pegarle a Hasbulla, el streamer ruso que vino a Argentina a dar un “show” en el Luna Park. “No entiendo lo que hace”, bromea el cantante. Pronto sigue una versión de “Agua Negra” en donde Joystick corta la calma con un momento vicioso.


Otro de los puntos altos de la noche fue el cover, versión indie de “Baby one more time” de la princesa del pop Britney Spears. Si bien gran parte de la audiencia presente en el Distrito 7 recién estaba aprendiendo a caminar cuando se publicó este clásico del pop y otros siquiera existían en el imaginario de sus progenitores, el hit fue coreado por todos los presentes. Un clásico que trasciende cualquier barrera generacional.


El líder de la banda, también anima a la audiencia subiendo al escenario un cartel escrito a mano de “Atiendo Boludos” durante “Salir en TV”, en alusión al blooper histórico de Crónica que aparece referenciado en la canción.


A pesar del tiempo que llevaba sin tocar en la ciudad, y la música nueva, Joystick no ha perdido el vínculo único con su base de fans. La banda se presentó esta noche por poco más de una hora pero hicieron que cada segundo contara.}


Desde el grito catártico de la gente en “Desconéctame” hasta el pogo final de “Tito lo Sabe”, esta noche respaldó que Joystick está a la altura de todas las promesas a su manera única.

 

Fotos por Kiki Valentini


32 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page